La articulación del hombro está formada por la escápula, apoyada sobre la zona posterior de las costillas sobre la que pivota, y la cabeza del húmero que articula con la escápula.
El manguito rotador estructura musculo-tendinosa que da movilidad al hombro, nace en la escápula y se inserta alrededor de la cabeza del húmero. El manguito lo forman el supraespinoso, infraespinoso y subescapular, siendo los dos primeros los que se lesionan con más frecuencia. Los movimientos de elevación y rotación del hombro provocan el pinzamiento de los tendones con la parte superior de la escápula o acromion hasta romperlos.
La peculiaridad de la rotura de estos tendones es que no tiene capacidad para repararse de forma natural, por lo que precisa cirugía. La rotura del manguito puede ser completa ( de la totalidad del tendón ) o parcial que con el tiempo evoluciona hacia una rotura total.
El paciente presenta dolor tanto en los movimientos del hombro , como en reposo.
El tratamiento de esta lesión se realiza mediante artroscopia de hombro, en la que realizamos la sutura de la rotura del manguito.
Es importante hacer un tratamiento temprano de la roturas dado que en caso de dejar evolucionar una lesión pequeña sin ser operada, la rotura tiende a hacerse de mayor tamaño hasta el punto de convertirse en completa, pudiendo afectar tanto al supraespinoso como al infraespinoso. Lesiones que en un principio podrían ser reparables de forma simple mediante la artroscopia, se convierten en irreparables, dejando como única opción la prótesis de hombro.
Por tanto, consideramos que roturas del manguito que presenten sintomatología dolorosa han de intervenirse a pesar de no ser excesivamente grandes, dado que si la dejamos evolucionar, se convertirán en roturas más compleja que necesitará una cirugía más compleja, normalmente con peores resultados.
La artroscopia de hombro es un procedimiento mínimamente invasivo que se realiza a través de varias incisiones pequeñas o portales (1 cm). Mediante una cámara y óptica intrarticular accedemos a localizar la lesión y por el resto de portales de trabajo procedemos a la reparación de la rotura utilizando material muy específico. Usamos sistemas de anclaje del tendón al hueso, cada vez más evolucionados, seguros y menos agresivo para el paciente. La cirugía busca la integración del tendón en el lecho óseo donde originalmente estaba implantado . La idea es conseguir una unión biológica del tendón al hueso de húmero, que hará que la reparación perdure a lo largo del tiempo.
Se trata de un procedimiento simple que se realiza mediante anestesia general y bloqueo anestésico para control del dolor postoperatorio. Suele tener una duración de 90 a 120 minutos. Habitualmente requiere ingreso de 24 horas, aunque puede realizarse también de forma ambulatoria siendo dado de alta el mismo día tras varias horas de observación y analgesia domiciliaria para control del dolor.
Con el fin de proteger la sutura realizada y facilitar la apropiada integración del tendón al hueso, mantenemos el brazo en cabestrillo durante unas tres semanas, aunque se iniciará ejercicios pendulares de manera precoz a partir de las 48 horas de la cirugía. El programa de rehabilitación ha de ser personalizado según la evolución de paciente y el tipo de rotura, buscando desde un principio mantener la movilidad el hombro. El protocolo habitual consiste en una escalada iniciando con ejercicios pasivos ( sin contracción de los músculos del hombro) , asistidos ( con ayuda) , activos (sin ayuda) y finalmente ejercicios de fuerza. La colaboración y consenso entre cirujano, fisioterapeuta y readaptador físico optimizarán el resultado final de la cirugía con la vuelta a la actividad cotidiana y deportiva deseada.